lunes, 6 de junio de 2016
Son conocidas las historias de fantasmas en castillos ingleses, apariciones espectrales de seres condenados que vagan por la Tierra expiando sus culpas sin poder descansar en paz. Al menos eso dicen las leyendas, Sin embargo, tales apariciones no son exclusivas del Viejo Mundo ya que también cruzaron los océanos y se asentaron en los construidos aquí por los europeos, En efecto, una de las construcciones militares mas imponentes que existen en América, es la Fortaleza del Real Felipe ubicada en el Callao, construida para defender la capital del imperio ultramarino español del asedio de los piratas ingleses. Su nombre fue elegido en honor del rey Felipe V de la Casa de Borbón, que había fallecido en 1746. Tras la Independencia del Perú, fue renombrada por el Libertador José de San Martín como «Castillo de la Independencia» retomando su nombre original en 1925, durante la dictadura de Augusto B. Leguia, a modo de “reconciliación” con la Madre Patria .Desde su construcción, el Real Felipe ha sido siempre una fuente inagotable de historias, relacionadas, con las incontables batallas que aquí se libraron. Pero lejos de esto, existen también otras historias, mucho menos ortodoxas, que han comenzado a llamar la atención de los miles de visitantes que anualmente, recorren cada uno de los pasillos de este enclave militar. Son historias vinculadas a fenómenos paranormales, historias que narran las apariciones de mujeres a mitad de la noche, de ruidos extraños como de cadenas o gritos, e incluso, historias de muerte. Entre las narraciones más populares que rondan el fuerte, se encuentra la de la Dama Blanca, que según los testimonios se trataría del espectro de una mujer que suele aparecer a medianoche, en la puerta del Torreón del Rey. Los testigos señalan que la misteriosa imagen aparece sobre el puente que separa la torre del complejo, vestida completamente de blanco, sin pies y cantando una melodía tenebrosa. La desconocida mujer fantasma, al parecer sería una de las muchas mujeres de familia realista que, en medio de las guerras de Independencia, buscó refugio en el Real Felipe durante el asedio patriota al mismo, tras la sublevación del Callao en 1824, en la cual el Brigadier español José Ramón Rodil resistió heroicamente un sitio de casi dos años. Para el momento de la capitulación, el 90% de civiles y militares españoles, asi como de los colaboracionistas peruanos - los llamados “godos” liderados por el marques de Torre Tagle - dentro de la fortaleza, habían muerto, víctimas de la peste. Otra historia que circula por quienes han visitado el lugar es aquella que cuenta el suicidio de uno de los militares encargados de hacer la guardia en el Torreón de la Reina. Se dice que el soldado, temeroso de enfrentar los fenómenos inexplicables que allí se presentaban subió una noche a la terraza de la torre y una vez allí decidió lanzarse al precipicio para acabar con su vida. Estas historias han sido corroboradas por los propios militares y guías turísticos que trabajan en la fortaleza, quienes además, aseguran haberse encontrado en más de una oportunidad con uno de estos fenómenos.Verdad o no, lo cierto es que la fortaleza pareciera hoy contradecirse con el propio peso de su pasado. El silencio que hoy puede sentirse entre sus pasillos y ambientes se contrasta notoriamente con el estruendo de los cañones y los gritos de dolor que alguna vez ensordecieron cada rincón de este lugar y los espectros de hoy bien pudieron ser los hombres que en ese entonces la defendieron con su vida, creyéndola inexpugnable.
Son conocidas las historias de fantasmas en castillos ingleses, apariciones espectrales de seres condenados que vagan por la Tierra expiando sus culpas sin poder descansar en paz. Al menos eso dicen las leyendas, Sin embargo, tales apariciones no son exclusivas del Viejo Mundo ya que también cruzaron los océanos y se asentaron en los construidos aquí por los europeos, En efecto, una de las construcciones militares mas imponentes que existen en América, es la Fortaleza del Real Felipe ubicada en el Callao, construida para defender la capital del imperio ultramarino español del asedio de los piratas ingleses. Su nombre fue elegido en honor del rey Felipe V de la Casa de Borbón, que había fallecido en 1746. Tras la Independencia del Perú, fue renombrada por el Libertador José de San Martín como «Castillo de la Independencia» retomando su nombre original en 1925, durante la dictadura de Augusto B. Leguia, a modo de “reconciliación” con la Madre Patria .Desde su construcción, el Real Felipe ha sido siempre una fuente inagotable de historias, relacionadas, con las incontables batallas que aquí se libraron. Pero lejos de esto, existen también otras historias, mucho menos ortodoxas, que han comenzado a llamar la atención de los miles de visitantes que anualmente, recorren cada uno de los pasillos de este enclave militar. Son historias vinculadas a fenómenos paranormales, historias que narran las apariciones de mujeres a mitad de la noche, de ruidos extraños como de cadenas o gritos, e incluso, historias de muerte. Entre las narraciones más populares que rondan el fuerte, se encuentra la de la Dama Blanca, que según los testimonios se trataría del espectro de una mujer que suele aparecer a medianoche, en la puerta del Torreón del Rey. Los testigos señalan que la misteriosa imagen aparece sobre el puente que separa la torre del complejo, vestida completamente de blanco, sin pies y cantando una melodía tenebrosa. La desconocida mujer fantasma, al parecer sería una de las muchas mujeres de familia realista que, en medio de las guerras de Independencia, buscó refugio en el Real Felipe durante el asedio patriota al mismo, tras la sublevación del Callao en 1824, en la cual el Brigadier español José Ramón Rodil resistió heroicamente un sitio de casi dos años. Para el momento de la capitulación, el 90% de civiles y militares españoles, asi como de los colaboracionistas peruanos - los llamados “godos” liderados por el marques de Torre Tagle - dentro de la fortaleza, habían muerto, víctimas de la peste. Otra historia que circula por quienes han visitado el lugar es aquella que cuenta el suicidio de uno de los militares encargados de hacer la guardia en el Torreón de la Reina. Se dice que el soldado, temeroso de enfrentar los fenómenos inexplicables que allí se presentaban subió una noche a la terraza de la torre y una vez allí decidió lanzarse al precipicio para acabar con su vida. Estas historias han sido corroboradas por los propios militares y guías turísticos que trabajan en la fortaleza, quienes además, aseguran haberse encontrado en más de una oportunidad con uno de estos fenómenos.Verdad o no, lo cierto es que la fortaleza pareciera hoy contradecirse con el propio peso de su pasado. El silencio que hoy puede sentirse entre sus pasillos y ambientes se contrasta notoriamente con el estruendo de los cañones y los gritos de dolor que alguna vez ensordecieron cada rincón de este lugar y los espectros de hoy bien pudieron ser los hombres que en ese entonces la defendieron con su vida, creyéndola inexpugnable. En todo caso, esas continuas apariciones son un misterio sin resolver.
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